Es dentro del Barroco y Rococó donde el retrato toma una mayor importancia dentro de una sociedad burgués, son representaciones de individuos lujosamente en sus vestimentas rodeados de símbolos de pureza y riqueza. Monet, Degas y Renoir son impresionistas que realizan los retratos al aire libre del taller a sus familiares y amigos, como individuos solos o pequeños grupos, se caracterizan por las superficies luminosas, la riqueza de los colores de carácter intimista alejado del retrato oficial.
Posteriormente Matisse simplificó la línea del retrato y colores para la fuerza expresiva, Picasso con su cubismo realizó la abstracción y lo no figurativo. En la postmodernidad las posibilidades de expresión pictórica se han diversificado hasta incluir instalaciones artísticas y utilizaciones de espacios artísticos herederas de los happenings, del arte conceptual y el minimal; todo con materiales de desechos, el graffitis y otras gráficas de subculturas juveniles recurriendo a diversas plataformas digitales modernas.
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